
Me encontré con Isabella y le comenté el episodio del desmayo de Dorita. El tono de mis palabras provocó que se riera mucho, muchísimo, lo cual me llamó la atención:
-¿Pero por qué te da gracia?-
-Es la forma en que lo contás, es gracioso, no te das cuenta pero sos muy graciosa-
-Pero fue horrible lo que viví, no entiendo-
-Uy, no importa, transformaste esa situación dramática en una comedia, es buenísimo, nada que entender. Quizás es una forma que tenés de superar la angustia.-
Después de decirme eso Isabella comenzó a contarme una serie de episodios que había vivido:
-Una vez estaba comprando en la verdulería y apareció un antiguo novio mío que me dejó por otra chica. Me miró, se quedó mudo, buscaba descifrar si era yo o no esa delgadísima pelada. Me acerqué y lo miré con cara de fantasma que asusta, típico de juego de chicos, me falto levantar los dos brazos y hacerle “Buuuuuuu”. Se quedó ahí mientras el verdulero le decía si quería manzana verde o roja. Cuando me iba le dije al oído: "Y bue… tanta angustia… en algún momento iba a explotar, esto tiene mucho de problemas emocionales".-
-Que mala che, y el pibe ¿Qué dijo?-
- Nada, me siguió con la mirada mientras me iba.
Recuerdo otra vez, estaba haciendo cola en el supermercado, me sentía pésimo, hacía mucho calor y aparece una chica embarazada. Tampoco tenía una panza enorme eh… Bueno, yo estaba a punto de llegar a la caja pero esta chica corre y se adelanta, se me coló ¿A vos te parece?-
-Pero estaba embarazada-
-Precisamente, la dejé, tranquilita, y mientras esperaba que saque toda esa enorme cantidad de productos que tenía en el chango comienzo a recitar en voz alta un poema de Juan Manuel Daza:
En la guardia de ginecología y obstreticia del
Hospital Durand:
-Una mujer tuvo un bebé
-Mi hermano tuvo un quiste
¿Porqué pienso que mi hermana la sacó más barata?
La piba se dio vuelta me miró y me dijo "Ah… bueno…"-
-¿Y?-
-Tardó el doble, se enojó, empezó a hacer tiempo-
-¿Pero por qué te da gracia?-
-Es la forma en que lo contás, es gracioso, no te das cuenta pero sos muy graciosa-
-Pero fue horrible lo que viví, no entiendo-
-Uy, no importa, transformaste esa situación dramática en una comedia, es buenísimo, nada que entender. Quizás es una forma que tenés de superar la angustia.-
Después de decirme eso Isabella comenzó a contarme una serie de episodios que había vivido:
-Una vez estaba comprando en la verdulería y apareció un antiguo novio mío que me dejó por otra chica. Me miró, se quedó mudo, buscaba descifrar si era yo o no esa delgadísima pelada. Me acerqué y lo miré con cara de fantasma que asusta, típico de juego de chicos, me falto levantar los dos brazos y hacerle “Buuuuuuu”. Se quedó ahí mientras el verdulero le decía si quería manzana verde o roja. Cuando me iba le dije al oído: "Y bue… tanta angustia… en algún momento iba a explotar, esto tiene mucho de problemas emocionales".-
-Que mala che, y el pibe ¿Qué dijo?-
- Nada, me siguió con la mirada mientras me iba.
Recuerdo otra vez, estaba haciendo cola en el supermercado, me sentía pésimo, hacía mucho calor y aparece una chica embarazada. Tampoco tenía una panza enorme eh… Bueno, yo estaba a punto de llegar a la caja pero esta chica corre y se adelanta, se me coló ¿A vos te parece?-
-Pero estaba embarazada-
-Precisamente, la dejé, tranquilita, y mientras esperaba que saque toda esa enorme cantidad de productos que tenía en el chango comienzo a recitar en voz alta un poema de Juan Manuel Daza:
En la guardia de ginecología y obstreticia del
Hospital Durand:
-Una mujer tuvo un bebé
-Mi hermano tuvo un quiste
¿Porqué pienso que mi hermana la sacó más barata?
La piba se dio vuelta me miró y me dijo "Ah… bueno…"-
-¿Y?-
-Tardó el doble, se enojó, empezó a hacer tiempo-
1 comentario:
Buenísimo, el poema está tremendo
y el personaje que lo recita también.
Publicar un comentario