jueves, 22 de enero de 2009

Ritual





A Dorita le había llegado la invitación para el casamiento de la hija de Raquel, una amiga y antigua compañera de las clases de Yoga.
Ambas nos reíamos pensando en lo que se ahorraba en el peinado, la tintura, el corte del pelo, alcanzaba para comprarse un muy lindo pañuelo y así fue, le elegí uno verde tornasolado.
Dorita se bañó, se maquilló bien para que no se le notaran las ojeras que habían adquirido un denso color morado y comenzó con el ritual del pañuelo. Iba y venía, giraba en el aire, le daba un tono a la luz blanquecina de la ventana, tenía una libertad casi absoluta que iba cediendo a los dobleces y acomodamientos. Finalmente quedó "¿Así te gusta?" yo, inmóvil, la miraba…¿Esa era Dorita?

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