viernes, 14 de agosto de 2009

Querido oncólogo



“Si advertimos que médico tiene lingüísticamente
algo que ver, en su origen, con meditación y con
modestia, podremos preguntarnos cuáles fueron
los meandros lingüísticos e históricos que disociaron
en gran medida esos significados”.
A la escucha del cuerpo, puentes entre la salud y las palabras
de Ivone Bordelois

Como la última quimio de Dorita había sido muy complicada se me ocurrió hablar con su oncólogo, pedirle que le de alguna medicación especial para que se sienta mejor.
Todo médico desconoce el ámbito privado del paciente de forma que esa ausencia se le manifiesta a través del diálogo. La palabra entonces cobra su máxima importancia, es la representación de lo vivido, el decir lo que se padece, también grito de ayuda.
Dentro del consultorio, rodeada por la gran cantidad de diplomas que garantizaban la continúa capacitación profesional, comencé a hablar, el eco de mis palabras revotaba con antiguas imágenes del sufrimiento de Dorita. Le hablaba como si fuera una persona que quisiera escucharme, como si pudiera comprender la situación, le hablaba sufriendo, sintiéndome yo misma Dorita, intentando transferir lo vivido.
Mientras, él leía la historia clínica de otro paciente y cuando terminé me dijo: “Bueno, mirá, vomitar es una cuestión fisiológica, es normal, como hacer las necesidades diarias…”. Se levantó de la silla y sonriendo me extendió el brazo como para que me retirara del consultorio.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Momento complejo el que has elegido narrar. Ese de transformar el padecimiento físico en palabras. Se cae siempre en la comparación: me duele como...

Deale, que quiero saber de Dora.

abrazo

polonia dijo...

muy preciso el relato.
y genial la cita.

besos!