jueves, 8 de octubre de 2009

Cita a ciegas

“seca en el asfalto abandonada sin pileta.
Ni si quiera mal armada .Pero las sirenas siempre
sobreviven son digamos siempre felices siempre eternas”
Sesión de chat, lo que quieras habla con sirenasinpelopincho




La sentencia de Isabella fue rotunda: “Tenés que conocerlo, es para vos, se van a llevar bárbaro, son muy parecidos”. Lo pensé, recordé las citas a ciegas que había padecido, las ganas de salir corriendo a los cinco minutos, pero dije que bueno, total…

El día de la cita llegó pero me resistía a ir, sentía ganas de quedarme en casa o pasar por lo de Dorita a charlar un poco. Miraba por la ventana la oscuridad delineada por una lluvia persistente, siempre lluvia, más lluvia, “Día ideal para encontrarse”. Para mi sorpresa todo fluyó desde el comienzo, sin falsas pretensiones de atraer. Los temas fueron transcurriendo con y sin coincidencias, pero se mezclaban, se adherían, conjugaban. Luego la despedida, él y yo, la lluvia, un abrazo. Después todo él, como la tragedia griega, esa densidad que lo cubre todo, que impide la reflexión, que extravía. Hasta que sábado a la noche y nuevo encuentro entre cine, café, más charla. Una despedida que se imprime en la memoria a doce fotogramas por segundo.

Después, el silencio, la nada. ¿Qué pasó? ¿Por qué? Pienso que debo resignarme ya que ese silencio, contradictoriamente para mi percepción, dice que no. Sin embargo, y a pesar de, escribo un mail (que finalmente nunca enviaré):

Después de abrir la casilla de forma casi mecánica, esperando un mail que no llega, me decido a escribirte este mail que, quizás, sí salga de esta casilla:
Es simple, uno piensa, la pasé bien, mal, más o menos... Pero yo escuché a un Julián proyectando salidas futuras, escribiendo seguido por el MSN, un Julián que me caía bien y a quién recién empezaba a conocer, entonces me pregunto ¿Porqué ese mismo Julián desaparece? Es simple, desapareció y todo queda en el orden de lo implícito. Pero aunque el lugar de lo implícito es muy confortable, también genera dudas. Entonces me pregunto, si entiendo que lo fuimos, ¿Porqué no podemos seguir siendo lo suficientemente... sinceros? De lo contrario queda eso otro potencial, que podría ser y no es, queda en el aire, flotando. Será cuestión de decidir si lo eliminamos con el mata moscas o aún le concedemos algo de vuelo.

Victoria

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